
Entrevista a Malama Surf Experience
Hablamos con Mimi Núñez fundadora de Malama Surf Experience. Para ello, viajamos hasta Vejer de la Frontera, Cádiz, a la playa El Palmar para conocer a Malama, una forma de empoderar y unir a mujeres por medio del surf. En Malama se practican toda clase de actividades que hacen conectar con la tierra, el mar y nuestro centro de energía. Para ello hablamos con Mimi Núñez y también con Gemma Vallejo, doula y coach en Malama.
Mimi, ¿cuándo y cómo empieza tu relación con el surf y demás deportes de tabla?
Mi relación con el surf empezó, de manera seria, hace unos 4 años y con mi hijo. Él tiene 10 años y lo practicamos juntos. Snowboard, longboard, surf… Empezamos en Barcelona. Después fuimos viajando a El Palmar. Poco a poco fue creciendo este amor por el deporte que ahora se ha convertido en nuestro centro de todo.
¿Cómo surge la idea de crear Malama Surf Experience?
La idea de Malama surge de un viaje que realicé a Brasil hace unos años, a Búzios. Conocí a unas chicas argentinas, que como yo, estaban a modo retiro. Era surf, yoga, comida saludable… Tuve mucha conexión con ellas. Lo que yo experimenté ahí, tanto la conexión con la chicas como la mejora de mi surfing, pensé que me lo tenía que traer a España. Mi nivel de surf, que es muy normal, no es mi objetivo en sí, tengo un equipo que ya se encarga de eso. Yo me centro más en la parte de motivar, que me nace desde dentro. Y así es como nació Malama.
¿Qué tipo de experiencias ofrecéis en Malama?
Tenemos varias. Tenemos experiencias de un día en el que hacemos surf y yoga, y a lo mejor incluimos surf scape o un workshop de empoderamiento a la mujer. También tenemos lo que llamamos long weekend, que normalmente es en los puentes, y ahí nos quedamos a dormir, hacemos excursiones medioambientales donde limpiamos las playas. También tenemos la opción de un fin de semana corto: viernes, sábado y domingo.

Cada vez hay más mujeres en el agua y lo que nosotros queremos es que se sientan cómodas. No queremos competitividad. En el agua hay lugar para todos, ya sean mujeres u hombres. De lo que me doy cuenta es de que cuando estoy en el agua hay hombres que me dan consejos, y yo lo agradezco profundamente, pero sin embargo las mujeres no. Entonces hay que romper esa barrera entre las mismas mujeres. Que cuando la mujer llega a ese nivel de conocimiento y de tecnificación ayude a las otras mujeres que todavía no están ahí a conseguirlo.
¿Qué tipo de chicas participan en estas experiencias? ¿Cómo es el perfil?
Mujer Malama es aquella mujer luchadora, guerrera, de mente y actitud positiva, que tiene el deporte y el surf en su centro. Que quiere retarse y que tiene la perseverancia y el empoderamiento en su día a día.
Gemma, ¿cuál es tu papel en Malama surf Experience?
Doy diferentes workshops, normalmente relacionados con el contacto con la tierra. En Malama Surf Experience ya sabemos que el contacto con el agua es fundamental, simboliza la emoción de la mujer. Entonces, digamos que en mis workshops todavía ahondo un poco más en esas emociones que a veces las mujeres no hemos podido liberar porque hemos estado más estigmatizadas o hemos necesitado cumplir con determinados cánones. Por eso, trato de hacer que afloren para que ellas puedan verlas, se puedan reconocer, se puedan aceptar y conseguir así que se transformen. Normalmente me las llevo a algún sitio de la naturaleza para que se acompañen del contacto con la tierra.

Somos 4-5 mujeres las que participamos en el proyecto Malama dando clases de yoga, haciendo este tipo de workshops, dando clases de surf… Lo que busca Malama es que la mujer se lleve una experiencia integral donde pueda conectar, no solamente con el agua que es como el motivo fundamental, que pueda conectar también con ella misma y pueda llevarse herramientas que le acompañen en ese camino de romper patrones y creencias que tenemos de nosotras mismas en la cabeza. Poder romperlas y traspasarlas para transformarnos.
Mimi, ¿qué crees que tiene el surf que engancha tanto? ¿Qué te aporta a ti personalmente?
A las mujeres que vienen a disfrutar de nuestras experiencias nos une el querer ayudarnos, el crear comunidad y el tener el surf como centro para sanar. Yo creo que el surf engancha por ese momento en el que te subes a la tabla y tienes la conexión con el mar. Es muy gratificante. Es un momento en el que estás viviendo la conexión con el agua, los amigos…
¿Qué es ese tarrito?
Aquí tenemos un tarrito que me gusta llamarlo “tarrito de los sentimientos”. A las chicas, cuando llegan a las experiencias, les pedimos que vayan escribiendo como se sienten durante toda la experiencia. Sean cosas buenas o malas. Después de las clases de surf. Lo que sea. Y aquí sale de todo. Entonces, al final de la experiencia, nos sentamos todas juntas haciendo un círculo y cada una va cogiendo uno de los papelitos. En este papelito, por ejemplo, dice: “Gracias chicas por ser un grupo genial, abierto, sociable, con ganas de aprender y de disfrutar. Gracias por haberme hecho sentir una más y disfrutar de mi pasión. Seguid surfeando y no os saltéis olas”.